Comparten miradas sobre la institucionalidad y la democracia, pero las ideas económicas de Roberto Lavagna y de Ricardo López Murphy están, en muchos casos, en las antípodas. Las diferencias son relevantes cuando ambos economistas y ex ministros apuestan a ser los candidatos a presidente de la Nación por el espacio del centro que disputará con el kirchnerismo. Capitalismo social vs. progresismo institucional, son variantes que expresan diferentes miradas acerca de factores clave, como el tipo de cambio, las tasas de interés o la utilización del superávit fiscal.
Son dos guerreros, del bando de los que fueron de la economía a la política, pero que no concibieron una sin la otra. Enfrentados por ideología, están en el curioso brete de ser uno aliado formal de Mauricio Macri en Recrear, y el otro el aliado de hecho en un pacto para competir por la Presidencia de la Nación con su aval.
El espacio en debate es el de la representación del centro político. Pero lo interesante de Ricardo López Murphy y de Roberto Lavagna es que ambos son economistas y los dos son ex ministros de Economía.
Concientes de estas coincidencias, y mucho más de sus divergencias, la semana pasada salieron a ponerse los puntos en los debates preelectorales, en los cuales López Murphy se postula para la Presidencia por Recrear, y reclama mejor trato del aparato político de Mauricio Macri, del que formalmente forma parte. Pero todo se perfila para que Macri apueste a un pacto basado en las mayores chances de Lavagna, pero sobre todo a las alianzas del ex ministro con el radicalismo y el PJ no kirchnerista.
Es la economía. Sin embargo, en la base del debate –y tal vez en el arraigo político de sus propuestas– se encuentran los programas económicos de ambos. Lavagna, copartícipe del despegue y del modelo actual, tiene diferencias marcadas de estrategia. Los une, sin dudas, cierto respeto por la institucionalidad. Pero pocos enfoques más en materia económica.
“En materia económicoa somos dos puntos distintos. El pasó fugazmente por el Ministerio con medidas de arancelar la universidad, casi lo contrario de lo que hicimos en cuatro años”, dijo Lavagna durante la semana. Y, a renglón seguido, defendió la política de dólar alto.
“Sería escandaloso que Macri apoyara a Lavagna”, apuntó López Murphy.
Por ese motivo, PERFIL consultó a los allegados a Lavagna, que dominan su ideario económico, como Javier González Fraga, entre otros, y al entorno del Bull Dog. El mismo se ocupó de responder un cuestionario de este diario.
Las diferencias de modelo surgen a la luz, del mismo modo que algunas –muchas menos– similitudes.
La divisoria de aguas pasaría acerca de la mirada del tipo de cambio. En realidad, la diferencia es de mirada del sujeto de la economía. Así, mientras que para Lavagna el dólar debe ser alto para proteger la competitividad de la industria, para López Murphy no debe mantenerse artificialmente a costa de las cuentas fiscales y las necesidades políticas.
El espacio en debate es el de la representación del centro político. Pero lo interesante de Ricardo López Murphy y de Roberto Lavagna es que ambos son economistas y los dos son ex ministros de Economía.
Concientes de estas coincidencias, y mucho más de sus divergencias, la semana pasada salieron a ponerse los puntos en los debates preelectorales, en los cuales López Murphy se postula para la Presidencia por Recrear, y reclama mejor trato del aparato político de Mauricio Macri, del que formalmente forma parte. Pero todo se perfila para que Macri apueste a un pacto basado en las mayores chances de Lavagna, pero sobre todo a las alianzas del ex ministro con el radicalismo y el PJ no kirchnerista.
Es la economía. Sin embargo, en la base del debate –y tal vez en el arraigo político de sus propuestas– se encuentran los programas económicos de ambos. Lavagna, copartícipe del despegue y del modelo actual, tiene diferencias marcadas de estrategia. Los une, sin dudas, cierto respeto por la institucionalidad. Pero pocos enfoques más en materia económica.
“En materia económicoa somos dos puntos distintos. El pasó fugazmente por el Ministerio con medidas de arancelar la universidad, casi lo contrario de lo que hicimos en cuatro años”, dijo Lavagna durante la semana. Y, a renglón seguido, defendió la política de dólar alto.
“Sería escandaloso que Macri apoyara a Lavagna”, apuntó López Murphy.
Por ese motivo, PERFIL consultó a los allegados a Lavagna, que dominan su ideario económico, como Javier González Fraga, entre otros, y al entorno del Bull Dog. El mismo se ocupó de responder un cuestionario de este diario.
Las diferencias de modelo surgen a la luz, del mismo modo que algunas –muchas menos– similitudes.
La divisoria de aguas pasaría acerca de la mirada del tipo de cambio. En realidad, la diferencia es de mirada del sujeto de la economía. Así, mientras que para Lavagna el dólar debe ser alto para proteger la competitividad de la industria, para López Murphy no debe mantenerse artificialmente a costa de las cuentas fiscales y las necesidades políticas.
Para López Murphy, “la Argentina necesita de un tipo de cambio muy competitivo para desendeudarse interna y externamente”, pero una de las causas de la inflación es “la decisión política de mantener artificialmente alto el tipo de cambio”.
Otro eje de importantes diferencias tiene que ver con la política fiscal. Para el equipo de Lavagna, un superávit fiscal “razonable” permite tasas bajas y le da herramientas al Banco Central para mantener depreciado al peso.
El líder de Recrear, en cambio, aborrece desde el punto de vista de las instituciones esta participación del BCRA en el mercado, a la que considera política e arbitraria, a la vez que considera que políticas de gasto expansivas generan tensiones inflacionarias.
“Ante la ausencia de reglas claras acerca de cómo, por ejemplo, se gastan los excedentes, el superávit primario sólo contribuye a consolidar la debilidad institucional, ya que esos recursos son usados par ael clientelismo y la compra de favores”, aseguró López Murphy.
También en materia de tasas de interés las posiciones son antagónicas. López Murphy asegura que los países serios no tienen tasas de interés negativas, como sucede en la Argentina actualmente. Sostiene que las de largo plazo, que determinan el crédito hipotecario, por ejemplo, responden al mercado, y que por eso no existen acá préstamos abundantes de ese tipo.
En cambio, para el lavagnismo, las tasas de interés deben ser “pridentemente bajas” para alentar la inversión y desalentar la entrada especulativa de fondos.
Un conjunto de ideas que son la base material para una falta de acuerdo de un programa para el Centro político.
Otro eje de importantes diferencias tiene que ver con la política fiscal. Para el equipo de Lavagna, un superávit fiscal “razonable” permite tasas bajas y le da herramientas al Banco Central para mantener depreciado al peso.
El líder de Recrear, en cambio, aborrece desde el punto de vista de las instituciones esta participación del BCRA en el mercado, a la que considera política e arbitraria, a la vez que considera que políticas de gasto expansivas generan tensiones inflacionarias.
“Ante la ausencia de reglas claras acerca de cómo, por ejemplo, se gastan los excedentes, el superávit primario sólo contribuye a consolidar la debilidad institucional, ya que esos recursos son usados par ael clientelismo y la compra de favores”, aseguró López Murphy.
También en materia de tasas de interés las posiciones son antagónicas. López Murphy asegura que los países serios no tienen tasas de interés negativas, como sucede en la Argentina actualmente. Sostiene que las de largo plazo, que determinan el crédito hipotecario, por ejemplo, responden al mercado, y que por eso no existen acá préstamos abundantes de ese tipo.
En cambio, para el lavagnismo, las tasas de interés deben ser “pridentemente bajas” para alentar la inversión y desalentar la entrada especulativa de fondos.
Un conjunto de ideas que son la base material para una falta de acuerdo de un programa para el Centro político.
Nota publicada en el Diario Perfil, 11/03/07



