lunes, 16 de abril de 2007

Para Morales Solá es probable una alianza entre López Murphy y Carrió en octubre


¿Es posible que Néstor o Cristina Kirchner se enfrentaran en octubre a una coalición integrada por Elisa Carrió y Ricardo López Murphy? ¿Hasta dónde es cierto que el Presidente ha perdido las elecciones de la Capital, antes de librar la batalla, luego de la audaz apuesta de Jorge Telerman? ¿En qué medida están influyendo las religiones monoteístas, lideradas por la Iglesia Católica, en la reconstrucción de un sistema de partidos en la Argentina? ¿Dónde están, en última instancia, los viejos partidos, el radicalismo y el peronismo, de- saparecidos como tales del escenario preelectoral?

López Murphy tiene un problema: sus amigos más queridos están cerca de Carrió y él está incómodo al lado de Macri. Macri, que le ha hecho un favor a la oposición cuando la despejó de una sobreabundancia de candidaturas presidenciales, no ha logrado vertebrar un diálogo seguro con su aliado nacional. López Murphy no fue al acto del lanzamiento porteño de Macri porque éste le pidió que no hablara de Kirchner. López Murphy consideró que no podía aceptar esa condición y se bajó de la tribuna. Reaccionará peor contra Macri si Kirchner optara por éste y no por Telerman en una segunda vuelta capitalina, como el Presidente ya habría anticipado envuelto por el encono de estos días.

Al lado de Carrió están, en cambio, Enrique Olivera, el amigo más cercano de López Murphy en el radicalismo porteño; Alfonso Prat Gay (que sería ministro de Economía en un posible gobierno de Carrió), por quien el líder de Recrear siente un especial respeto personal; Patricia Bullrich, a quien López Murphy considera una de las pocas personas íntegras que conoció en su vida política, y también intelectuales, como Santiago Kovadloff y Juan José Sebrelli, que estuvieron en su momento muy cerca del espacio político de López Murphy.

La propia Carrió aceptó en la intimidad que la construcción de su espacio terminaría incluyendo a López Murphy. Ambos comparten una visión similar de las condiciones de la política actual: las alianzas deben tener, como mínimo, una base ética. Más que la vieja diferencia entre izquierdas y derechas, prevalece en ellos la distinción entre lo "bueno" y lo "malo". El dilema argentino actual es, para ellos, más moral que ideológico.

¿Y López Murphy? No es un toro manso, ni siquiera cuando se trata de su vieja amiga Carrió. Le gustó la jugada de ésta con Telerman, pero él debe consolidar aún el liderazgo de un espacio político. Luego, si le demostraran que una fórmula unificada cosecharía en la primera vuelta más votos que varias fórmulas, no pondría reparos en volver a conversar con Carrió. El único problema consiste en que no quiere rendirse con bandera y banda , según dice.

En conclusión, está pidiendo elecciones abiertas entre los dos para elegir el candidato a presidente. Carrió no acepta esa condición por el momento, a pesar de que podría ser una oportunidad para que ambos se instalaran ante la opinión pública. Carrió y López Murphy están cerca, pero el trecho hasta estar juntos es todavía oscilante y arduo.

El peronismo no está. El radicalismo está resquebrajado en incontables pedazos. No hay casi nada. Las posibilidades de la victoria, oficialista u opositora, se dan donde las coaliciones han reemplazado al viejo régimen de partidos. Una democracia sin partidos y sin alternancia en el poder es una módica democracia. La posible transición entre un sistema y otro es lo que está promoviendo en la conducción de la Iglesia algo más dinámico que la contemplación y las plegarias.

Artículo publicado el domingo 15/4 en el Diario La Nación