miércoles, 14 de marzo de 2007

Nuevo escenario opositor de cara a las nacionales

Ricardo López Murphy no tomó en cuenta la sugerencia de Mauricio Macri, de no hablar de candidaturas nacionales hasta que transcurrieran las elecciones a jefe de Gobierno porteño. Está lanzado a la campaña por el sillón presidencial y esto provoca una fuerte revulsión en PRO, la alianza entre su partido Recrear y el macrista Compromiso por el Cambio. Hasta cuándo sobrevivirá esta coalición, es una de las claves del tablero político por venir.
La decisión de López Murphy también le cambia las reglas de juego al conjunto de la oposición, al instalarse como un candidato natural del centroderecha. Sin Macri en escena, él asoma como una figura de predicamento nacional capaz de ocupar ese espacio, en el que también orbita, con su esperanza algo deshilachada, el gobernador neuquino Jorge Sobisch.
Roberto Lavagna todavía aspira a un acuerdo táctico y quizás nunca explicitado con Macri, una vez resuelta la elección porteña. Y hasta había logrado la anuencia resignada de sus socios radicales, que terminaban aceptando el posible entendimiento con Macri como parte del costo por la sobrevivencia. Pero la jugada de López Murphy puede trastocar esos planes: ahora una buena porción de los votantes macristas pueden contar con un candidato al que votar con más comodidad.
La tercera pata opositora, Elisa Carrió, también puede sufrir drenaje electoral con la irrupción de López Murphy. Los dos se emparentan en el discurso de fuerte defensa institucional y dura crítica a los métodos kirchneristas. Suelen intercambiar elogios por la honestidad intelectual y personal que ambos se reconocen. Pero desde que se fueron del radicalismo, sus caminos nunca se encontraron.