viernes, 16 de noviembre de 2007

Carta de Nora Guinzburg a los afliados

Carta a los afiliados/as de Recrear para el Crecimiento:
Me dirijo a ustedes a fin de aclarar los motivos que me llevaron a apartarme del Bloque PRO en la Cámara de >Diputados de la Nación y crear el Bloque unipersonal “Recrear para el Crecimiento”, porque estimo corresponde brindar una explicación ante una decisión difícil para mí e inesperada para muchos.
Ingresé como diputada en 2005 en la Alianza PRO , que Recrear había formado con CpC y otros partidos. Fui una de los tres candidatos que en ese entonces accedimos a las listas de la misma forma, es decir lo que se llama “por consenso”, o acuerdo general, cuando no ha existido previamente una elección interna.
Debemos recordar que, al momento de materializarse esta coalición, Recrear tenía en su haber la excelente elección que protagonizó Ricardo López Murphy como candidato a presidente de la Nación en 2003. A mi entender, en estos dos años cambió radicalmente no sólo la relación existente entre nuestros partidos sino también el proyecto político inicial tenido en cuenta al aliarnos.
Ello quedó en evidencia cuando Mauricio Macri decidió postularse a Jefe de Gobierno de la Ciudad , negando su apoyo a la candidatura presidencial y, como consecuencia de ello, obligando a optar Ricardo López Murphy para no dejar el espacio sin ésta.
No obstante que nuestro partido tuvo siempre vocación nacional, debí tolerar que Macri, por hacer una buena elección en esta ciudad, a la que muchos llamaban “la ventana” del país, ignorara al líder de nuestro espacio. Sinceramente, si de mí hubiera dependido, en ese mismo momento hubiera roto la coalición porque lo sufrí como una afrenta para con Recrear. Pero lo acepté y trabajé para su campaña, en la que había además cuatro candidatos a legisladores de la ciudad por Recrear, como si nada pasara, poniendo mesas donde se volanteaba y yendo yo personalmente a caminar por los barrios para hablar con los vecinos, con la esperanza de que esta situación de ninguneo se revirtiera al concluir el acto eleccionario. Eso sí, lo único que no acepté es cuando en una de las reuniones de trabajo para la campaña, la dirigencia de CpC destacó que no se haría en las mesas ninguna referencia a la candidatura >presidencial del PRO.
Ganada la elección por Macri, hicimos carteles que pegamos en la ciudad, los que expresaban “Bulldog 1 – Pingüino 0” , tratando, lógicamente, de aprovechar este triunfo para la campaña presidencial que se avecinaba. Ante ello, el presidente de nuestro partido en Capital, Dr. Enzo Pagani, expresó algo así como “que el triunfo sólo era obra de Mauricio y Gabriela, y que no era la forma de proceder de Recrear adueñarse de los éxitos ajenos” (pido disculpas si he cambiado alguna palabra porque lo estoy escribiendo de memoria).
Ante ello cabe preguntarse qué habíamos hecho los militantes de Recrear, inclusive el mismo presidente del distrito Capital, trabajando para la campaña de Macri, ya que sin perjuicio de ser el nombrado candidato a legislador por la ciudad, su inclusión en la >lista del PRO provino del aporte de Recrear y como consecuencia de su triunfo en la interna llevada a cabo. También quedó bien en claro que no éramos lo mismo, al sostener que nos beneficiábamos con los éxitos de otro, cuando se suponía que constituíamos el mismo grupo al integrar una alianza. Especialmente para aquellos que seguíamos sosteniendo el liderazgo de Ricardo López Murphy ello fue inaceptable.
Mientras tanto Macri seguía sin pronunciarse, y muchos nos vimos obligados a soportar la sangría >intolerable de saber si Macri apoyaba o no, escuchar que “Macri no apoyaría a quien midiera el 5%” ,o pensar que apoyáramos a otro candidato que nada tenía que ver con nuestro programa de gobierno. Sinceramente, en esa oportunidad pensé que el final de la alianza era ineludible, que sería lo mejor aunque sacáramos cero voto porque pensé que lo primero era salvar a Recrear no quedando en evidencia que dependíamos del citado, pero reparé en que en las listas a senadores y diputados había personas de Recrear y tomar una actitud de ese tenor podría, tal vez, perjudicarlos
Tuve que tolerar que Macri dijera que >apoyaba la candidatura de Ricardo López Murphy a título personal, es decir sin compromiso político alguno, mientras que en la Provincia de Buenos Aires, CpC se apropiaba de la sigla “PRO”, que supuestamente nosotros integrábamos, desconociera a los referentes de nuestro partido y se aliara con Francisco de Narváez no llevando candidato a presidente, dando la oportunidad y favoreciéndolo expresamente a que se votara por cualquiera. Recordemos que, al separarse de Lavagna hace unos meses, de Narváez, en la revista dominical de La Nación , había declarado que él votaría por los Kirchner... También que, por su parte, el mismo Jorge Macri llamaba a cortar boleta, mientras su primo Mauricio lo apoyaba con todas sus fuerzas y manifestaba, en una clara actitud separatista, “va a estar bueno Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires con sultano y mengano”, ignorando que se trataba también de una elección presidencial y que ahí interesan la totalidad de los habitantes de la Nación desde La Quiaca hasta Ushuaia, y no sólo egoístamente los que viven en un sector elegido del país. Su postura era nítidamente perjudicial para la candidatura presidencial de Recrear, y sembró el desconcierto en los potenciales votantes.
Tuve el desagrado de presenciar un programa televisivo en el cual se entrevistaba a Carlos Melconián y a Federico Pinedo, expresando el primero que se podía votar por Ricardo López Murphy o cortar boleta votando a favor de Lavagna, aclarando en ese mismo acto Federico Pinedo que “nosotros apoyamos a Ricardo López Murphy”, pero percibiendo igual que ese apoyo tan contradictorio no era otra cosa que un salvavidas de plomo porque significaba, precisamente, lo contrario, es decir la falta de ese supuesto apoyo.
Posteriormente, en lugar de mantener la identidad, cometimos el gran error, a mi entender, de intentar un acercamiento a la Coalición Cívica , aunque acaté a disgusto, porque lo contrario podría haber significado un perjuicio mayor para las expectativas electorales.
Sigo sin comprender al día de hoy el sentido o beneficio de esta decisión, pero rescato la hidalguía de Ricardo López Murphy cuando Elisa Carrió dijo que “su límite moral era Macri” al responderle que “si Macri era corrupto él también lo era” (nada menos), dando por finalizado cualquier probable acuerdo y poniéndole un límite a esta señora.
A esta demostración de >grandeza, no le siguió ninguna reciprocidad por parte de Macri, ya que cuando el diputado Ritondo salió descaradamente a sostener que votaría porLavagna o por Rodríguez Saá, Mauricio se limitó a expresar que él apoyaba de Ricardo, pero aclarando que había libertad en su partido para elegir, con lo que tácitamente asentía a que se votara en contra de Recrear. Claro que, por el contrario, cuando a Mauricio Macri algo realmente le disgusta no duda en echar a la persona, como vimos con el primer designado Secretario de Cultura. Ergo, Mauricio Macri consintió expresamente que desde su propia tropa en la Capital Federal se dijera provocativamente que se elegiría otro candidato a presidente, con el oprobio que ello significó para muchos.
Esta conducta, que Ricardo López Murphy definió claramente como una deslealtad, y calificada tibiamente por el diputado Esteban Bullrich de “incoherencia”, no mereció de parte de nuestro partido ninguna consideración. La Junta Ejecutiva de Recrear Capital calló y lo aceptó sumisamente: ningún comunicado emitió al respecto. La situación me causó vergüenza ajena.
Debemos recordar que, en el ínterin, Macri negó la posibilidad a Ricardo López Murphy de optar por la doble candidatura a Presidente de la Nación y a senador o diputado por la Ciudad de Buenos Aires, y cuando se presentó como primer diputado por la Provincia de Buenos Aires, no obstante que su primo Jorge también lo hacía en la provincia (recuérdese que se postulaba como vicegobernador y diputado), generó un escándalo mayúsculo, amenazando con no presentar la lista de candidatos a senadores y diputados nacionales, pudiendo dejarlo así a López Murphy, candidato a presidente de la Nación , supuestamente su aliado, sin candidatos en la Capital Federal.
Ante esta situación fui notificada, como también lo fueron los representantes de las distintas líneas internas, que Recrear confeccionaría de urgencia una lista alternativa, ya que supuestamente existían las >posibilidades que CpC no confirmara la lista que hasta el momento estaba acordada. Fue sólo un amague de Macri con el propósito de coaccionarlo para que desistiera de su postulación en la provincia de Buenos Aires, lo que en esta ocasión no logró. Ricardo López Murphy le puso también un límite a este señor.
Creo que, por ese entonces, ya se sabía que Macri le había ofrecido la Secretaría de Seguridad al Juez Guillermo Montenegro, a cargo de la causa Skanska que le diera notoriedad al diputado Esteban Bullrich por ser uno de los denunciantes, mientras Scioli hacía lo propio con el Fiscal Stornelli en la Provincia de Buenos Aires. Esto significa lisa y llanamente un obstáculo al avance de dicho proceso, puesto que requerirá tiempo para que un nuevo juez y un nuevo fiscal se interioricen debidamente del expediente. Este caso paradigmático de la corrupción del gobierno nacional ¿cuánto estará parado?. Todos creíamos que el diputado Eugenio Burzaco era el número puesto para esa cartera, pero de la noche a la mañana apareció este juez, cuya idoneidad en materia de seguridad no afirmo ni niego puesto que desconozco cualquier antecedente del nombrado referido al tema. ¿Qué hará a partir de ahora el PRO con Skanska? ¿Seguirá reclamando o se hará el distraído?
Después del fracaso eleccionario sufrido por Recrear-Pro o viceversa, como si esto no fuera poco, Federico >Pinedo salió a decir al día siguiente que la derrota obedeció a que no teníamos un candidato fuerte a presidente. Es claro que fue así, tal vez por falencias propias del candidato, pero influido en mucho por la actitud de sus supuestos socios. Esto demuestra a su vez que el nombrado y Melconián, respectivamente, no tenían ningún peso para sus propias candidaturas. Mauricio Macri, por su parte, entre otras cosas, expresó que el causante de la derrota en Capital Federal fue Ricardo López Murphy (ver >diario Clarín del 30/11/07) y Gabriela Michetti que fue mal porque el objetivo fue nada más que ganar la ciudad y eso lo consiguieron (programa “A dos Voces” del 2/11/07). Debo agregar, además, que me llama poderosamente la atención la reiteración de los dichos de la última >sosteniendo que Carrió se ha convertido en la referente de la oposición, como si Macri hubiera renunciado a este lugar.
Verdaderamente, los agravios que recibí en todo este tiempo no estoy dispuesta a continuar tolerándolos. Me refiero a los proferidos a Ricardo López Murphy, ya que los sentí como propios porque es mi líder y mi referente. Además, estoy convencida, como muchos también lo están que, aún con el magro resultado obtenido en las elecciones es el único estadista con que cuenta nuestra patria y no puede desaprovechárselo de esa forma ¿Cuántos años predicó Churchill en el desierto hasta hacerse con la primera magistratura?. Y, aunque nunca lo logre, su conducción es irremplazable. Algunos que piensan nada más que en la coyuntura parecen no advertirlo ni valoran en su total dimensión sus cualidades.
Siempre sostuve que la política no es un convento (es necesario acordar, negociar mediante contraprestaciones, muchas veces soportar calladamente, tratar de acercar posiciones, hacer renunciamientos por conveniencia, todo ello propio de un sistema democrático), pero que tampoco tiene por qué ser un burdel. No es la primera vez en mi carrera política que ante la evidencia de la deslealtad, o algo peor, como claramente sucedió en esta oportunidad, tomé decisiones para marcar mis diferencias. En este caso fue apartarme del Bloque PRO, no de mi partido político de origen que es Recrear para el Crecimiento. No existe bloque, ni cuerpos orgánicos de ningún tipo que puedan obligarme a soportar la indignidad que he sufrido a raíz de los hechos reseñados. No existe ninguna razón ni ningún Macri que pueda alejarme de mis convicciones >por las que lucho desde hace 35 años.
Nunca pude acostumbrarme a que en la actividad política se deba soportar cualquier cosa, que los principios son >tan flexibles que terminan desapareciendo, que las lealtades no existen, y espero morirme sin haberme adecuado a ello.
Tal decisión la tomé meditadamente, sin apresuramientos y cuando ya no tendría mayor influencia negativa. Vuelvo a reiterar que lo hubiera hecho muchísimo antes. Obvio que el hecho que un legislador se aleje de un bloque siempre será noticia y tendrá sus repercusiones, pero no es mi obligación cuidar el futuro político de nadie, sino ser leal a mis convicciones y a lo que considero el corazón de Recrear, que es Ricardo López Murphy.
Para mí, no puede construirse ningún proyecto válido de país en base a la traición. Hasta los medios lo han marcado y nadie por más esfuerzo que haga podrá disimular la que consumó Macri con Ricardo López Murphy. Pero este no fue un caso excepcional, es la conducta habitual del electo Jefe de Gobierno. Así Sobisch pasó de ser un presidenciable considerado a presurosamente expulsado de su entorno cuando ocurrió la desgracia del maestro Fuentealba (algo que puede sucederle a cualquier gobernante). Con Blumberg sucedió lo mismo, pasó a ser un extraño cuando se descubrió lo de su título (muy reprochable, pero que no oscurece la lucha que libró por la Seguridad a partir de la muerte de su único hijo). Es decir, nunca se juega por nada, y mucho menos por nadie.
Esta es la persona que viene a construir la “nueva política”. No pretendo que nadie se suicide por otro, pero sí que tenga una conducta más decorosa. Y hablando de “política”, es falso que la misma lleve a “embarrarse” como reiteradamente he escuchado en algunos integrantes de Recrear. La política no es un “barro”, ése el concepto más bastardo que puede tenerse de ella, no distinta a la que cunde entre los partidos tradicionales: se embarra sólo aquél a quien le conviene. La política es una actividad noble, desvirtuada desde siempre por muchos de los que se han aprovechado de ella. Es falso el dicho comúnmente sostenido “que hoy deben aceptarse conductas antiéticas para lograr no sé que cosa en el futuro”. Esta concepción, muy funcional para justificar lo injustificable, no tiene ninguna originalidad y es la que llevó al país al estado actual.
Yo no ratifico la alianza PRO, ratifico el liderazgo de Ricardo López Murphy en Recrear para el Crecimiento, y pretendo que este partido vuelva a sus principios fundacionales. Ignoro si él se considera tan agraviado como yo, pero para tomar una decisión no tengo que reparar en cuanto es la ofensa que siente el particular agredido, sino la que me afecta a mí misma. Posiblemente, su >situación como principal referente del partido lo obligue a tener más paciencia y condescendencia. Esto es algo muy personal, para mi siempre lo primero fue Recrear para el Crecimiento; el Pro fue secundario, y actúo en consecuencia.
Ya no integro el bloque PRO, y creo que nadie de Recrear debiera hacerlo, ya que considero que ningún proyecto en común podemos tener con Mauricio Macri después de lo reseñado, sin perjuicio de colaborar con el nuevo gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desde el Congreso de la Nación y la Legislatura , ya que ello es lo que corresponde por los compromisos asumidos con anterioridad, aún cuando esa actitud no merezca correlato del otro lado. A veces es necesario marcar las diferencias de conductas, y creo que ahora es preciso hacerlo.
No me fui del bloque para obtener cargos u otros beneficios materiales; me quedo sola, lo que no es fácil, a cambio de estar en paz con mi conciencia, sin lo cual me resulta intolerable vivir. Es un problema de valores y principios que no puedo de ninguna manera soslayar.
El partido Recrear para el Crecimiento que conocí marcaba una forma distinta de hacer política. Podrán ganarse o perderse elecciones, podrán efectuarse o romperse alianzas, pero lo que nunca debe abandonar es su propia dignidad.

Afectuosamente,
NORA GINZBURG
Buenos Aires, noviembre 10 de 2007.